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Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que
reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta
años, un año por cada día; y conoceréis mi castigo. 35 Yo
Jehová he hablado; así haré a toda esta multitud perversa que se
ha juntado contra mí; en este desierto serán consumidos, y ahí
morirán.
NÚMEROS 14:34-35
Amados hermanos, cuando
comenzamos el Camino del Señor, tenemos que pasar por diferentes
pruebas de Fe; uno de los lugares que debemos atravesar es el
desierto, para poder llegar a la “tierra prometida”. Nadie
puede evitar este paso, si desea llegar a ser salvo; pues aún
nuestro Señor Jesucristo fue llevado al desierto, donde fue probado
en su Fe, en su Obediencia y en su Fidelidad.
1 Entonces
Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por
el diablo.
MATEO 4:1
Mis amados hermanos,
Dios es un Dios paciente y misericordioso; pero también es un Dios
justo; por lo cual, si bien perdona nuestras rebeldías, es necesario
que en algún momento se produzca en nosotros un cambio, si no
deseamos cansar a nuestro Padre Celestial, como lo hizo el pueblo de
Israel que atravesaba el desierto junto a Moisés.
El pueblo de Israel
tentó diez veces a Dios, hasta que finalmente lo cansaron y decidió
que aquella generación perversa sería consumida en el desierto por
sus iniquidades y no podrían ver la tierra prometida.
Así hoy, hay muchos
hermanos que están atravesando el desierto para ser probados en su
Fe, en su Obediencia y en su Fidelidad y le pasan los años y
continúan en el; ¿por qué?, por una sencilla razón, al igual que
aquel pueblo que salió de la esclavitud de Egipto, seguían
siendo esclavos en su corazón porque no habían renunciado a lo que
habían aprendido durante su vida en esclavitud; así hoy hay
muchos hermanos que no renuncian a la vieja vida que vivían
cuando eran esclavos del pecado y no desean pagar el precio de la
libertad, que es el cambiar de una vida dirigida por satanás, a una
vida santa guiada por Dios.
No piense que logrará
cosa alguna de Dios si no cambia ese espíritu rebelde, negativo,
dudoso y contradictor por un espíritu diferente como el que se halló
en Josué y Caleb, lleno de Fe, valiente, sin duda y de absoluta
obediencia y confianza en Dios; mirando como a menos al enemigo y
como gigante a Dios. No dejes que tus ojos te engañen, ni que los
deseos de tu corazón te confundan; procura mirar con los ojos de
Cristo y sentir con su corazón, si quieres atravesar el desierto
y llegar a la tierra prometida.
21
Mas tan ciertamente como vivo yo, y mi gloria llena toda la
tierra, 22 todos los que vieron mi gloria y mis señales
que he hecho en Egipto y en el desierto, y me han tentado ya diez
veces, y no han oído mi voz, 23 no verán la tierra de la
cual juré a sus padres; no, ninguno de los que me han irritado la
verá. 24 Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él
otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la
tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión.
NÚMEROS 14:21-24
Mis amados hermanos,
muchos no llegan a la tierra que fluye leche y miel nunca; pues
nuestro Dios tiene esa tierra donde están todas las bendiciones que
estamos esperando, pero es necesario pasar el desierto en obediencia
para poder llegar a ellas. Lamentablemente hay quienes viven en
ese desierto toda su vida y nunca llegan a recibir las bendiciones
porque no renuncian a todo lo que Dios les manda, y creen
caprichosamente que ellos tendrán lo que desean haciendo las cosas
como ellos quieren.
LOS REBELDES PERECEN EN
EL DESIERTO, PORQUE CUESTIONAN TODAS LAS ÓRDENES DE DIOS, NO
RENUNCIAN A LA VIDA PASADA, EN LA CUAL ERAN ESCLAVOS DEL PECADO, Y
DESEAN LLEGAR A LA TIERRA PROMETIDA, PERO SIN OBEDECER, SIN
HUMILLARSE, SIN RENUNCIAS, A SU MANERA, CON SUS CAPRICHOS Y SIN
SUJETARSE A NINGUNA AUTORIDAD, NI EN LA TIERRA, NI EN EL CIELO; PUES
RECORDEMOS QUE LA BIBLIA DICE QUE QUIEN NO OBEDECE AL QUE VE, NO
OBEDECERÁ AL QUE NO VE; Y QUIENES DESECHARON LA VOZ DE MOISÉS, A
DIOS DESECHARON.
NO PEREZCAS EN EL
DESIERTO, OBEDECE A DIOS POR AMOR Y VIVIRÁS ETERNAMENTE. LA TIERRA
PROMETIDA TE ESPERA Y LA SALVACIÓN TAMBIÉN. DIOS TE BENDIGA AMADA
IGLESIA. PAZ.
Si quieres ser Hijo de Dios es necesario hacer la siguiente confesión de FE (Romanos 10:9)
“Señor Jesucristo te recibo como único Señor y Salvador de mi vida; perdona mis pecados y ayúdame a seguirte todos los días de mi vida junto con mi familia”.
Si ya lo hiciste, te bendecimos y bienvenido a la familia de Dios. Contáctanos y te diremos que hacer a continuación.
MINISTROS PASTORES YOZZIA WWW.JESUCRISTOESLAVIDA.COM
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