21 Respondiendo
Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no
dudareis, no sólo haréis esto de la higuera, sino que si a este
monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho. 22 Y
todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.
MATEO 21:21-22
Mis amados hermanos, hoy
les vamos a compartir un hermoso testimonio del poder y la
misericordia del Dios Altísimo.
Hace un par de semanas,
nuestra hermana Rosaura, nos vino a buscar cuando estábamos
realizando la reunión del día domingo por la mañana, porque había
tenido serios problemas con su hermano Esteban, por el cual veníamos
orando.
La noche anterior ellos
habían salido a cenar con un primo que es de la prefectura
argentina, y cuando regresan a su casa, a la madrugada, ya habían
observado que los ojos de Esteban estaban enrojecidos. Luego de
retirarse a descansar, al poco tiempo, nuestra hermana, escucha los
gritos de su primo que la estaba llamando porque Esteban estaba
desesperado porque no podía ver nada, y aunque se había sacado los
lentes de contacto que tenía puestos, sentía que sus ojos le dolían
muchísimo y no podía ver. Daba puñetazos y patadas a su primo, el
cual escondía su arma reglamentaria porque tenía temor de que se la
quisiera sacar para matarse. Rápidamente lo llevan al hospital, del
cual lo envían a una óptica privada porque ellos no tenía guardia
oftalmológica; allí le dicen que tenía ÚLCERAS EN LOS OJOS, y que
no iba a poder ver por tres o cuatro días. Regresan a la casa, y
media hora después, cuando se estaba durmiendo, otra vez los gritos
desesperados de Esteban que no soportaba el dolor, que se quería
matar, rompía todo en la casa, pedía por su madre, se revolcaba por
el piso con movimientos similares al de una serpiente. Angustiados,
no sabían si llamar al 911 (policía) o a una asistencia médica; y
estando en esa angustia, nuestra hermana decidió venir a la iglesia
a buscar a los pastores para que fuésemos a ayudar a su hermano.
Entre tanto, el vecino que es de la macumba le ofreció ayudarla;
pero aunque vino no pudo hacer nada. Cuando llega y nos pide que
vayamos a orar por su hermano, le dijimos que volviese a su casa y le
preguntase si él quería, porque a la fuerza no se puede hacer nada;
y que si le decía que si nos enviase un mensaje e inmediatamente
iríamos, mientras tanto íbamos a estar orando. Cuando la hermana
nos envía el mensaje diciéndonos que sí, que su hermano aceptó,
de inmediato acudimos a su casa en medio de una copiosa lluvia,
sabiendo, por la oración, que el Señor Jesucristo iba delante
nuestro y que la victoria estaba asegurada; pues antes, en esa
mañana, el Señor nos había dado el mensaje del “Endemoniado
gadareno” (MARCOS 5:1-20) y del “Buen samaritano” (LUCAS
10:25-37), avisándonos lo que iba a pasar y que teníamos que acudir
a ayudar a esta familia necesitada del poder divino.
Cuando llegamos, Esteban
estaba en su habitación con un solo ojo vendado porque se había
arrancado la venda del otro, se veía su rostro muy hinchado, su
mandíbula estaba paralizada, le dolía la cabeza, el vientre, estaba
con vómitos, y muy alterado, en fin, su estado físico y espiritual
era crítico; pero cuando le ofrecimos oración dijo que sí, que ÉL
CREÍA QUE DIOS LE PODÍA AYUDAR. En el mismo instante que
comenzamos a orar se manifestó la Presencia del Espíritu Santo; el
varón se quebrantó, su hermana también y todos podíamos sentir la
Gloria de Dios en aquel lugar. El varón se reconcilió con Dios,
porque era un apartado (Dios lo había liberado antes de haber estado
en la macumba), y fue libre y sanado por la misericordia de Dios. A
los pocos minutos, mientras compartíamos unos mates y hablábamos,
ya podía distinguir que el Pastor tenía bigotes (siendo que tenía
úlceras en los ojos y que no podría ver nada por 4 dias). Después
de un tiempo se quedó dormido, porque no había podido dormir en
toda la noche.
Unas pocas horas después
regresamos a visitarle para ver como estaba. Y no solo ya se había
sacado las vendas de los ojos, si no que veía perfectamente,
pues él mismo cebó mates; sus ojos estaban ya completamente sanos,
no había inflamación, ni siquiera estaban enrojecidos, LAS ÚLCERAS
HABÍAN DESAPARECIDO; no le dolía ninguna parte de su cuerpo y
estaba realmente como si nunca nada hubiese pasado. Esa tarde tenía
que ir a curación y decidió no ir porque estaba seguro de que Dios
le había sanado, pues la ciencia médica le había declarado que por
tres o cuatro días no iba a poder ver. Ciertamente ni una huella
había quedado de aquel accidente, y estaba completamente libre de
todos los demonios que lo había atacado. Estaba completamente sano,
tanto que al día siguiente viajó solo, a hacer trámites
pendientes.
Lo mas asombroso, además
de la Gloria de Dios que se manifestó en nuestro ahora hermano
Esteban, es la Fe que tenía a pesar de que había congregado solo
una vez, hace unos años atrás; nos recordaba al pasaje de la Biblia
que habla de la Fe del centurión (LUCAS 7:1-10) que asombró a
nuestro Señor Jesucristo.
El siguiente domingo
estuvo congregando en nuestra iglesia, contento, gozoso de lo que
Dios había hecho en su vida y seguro de que ahora iba a hacer lo
mismo por su mamá que iba a ser operada del corazón en la provincia
de Corrientes.
Le comento brevemente, a
pesar de que su Mamá no es cristiana evangélica, por la fe de
Esteban y Rosaura, la operación salió perfecta y solo estuvo tres
días en terapia y su recuperación es un asombro para los médicos.
Y no solo esto, si no que nuestro hermano Esteban pidió a Dios por
todos los demás que estaban en terapia intensiva, y no quedó ni un
paciente allí, todos fueron pasados a sala común.
ESTA ES LA FE QUE MUEVE
MONTAÑAS Y NO ES PRIVATIVA DE LOS QUE TIENEN MUCHO TIEMPO
CONGREGANDO, PORQUE ESTE VARÓN QUE SOLO HABÍA HASTA AHÍ CONGREGADO
DOS VECES, TUVO TANTA FE QUE LA GLORIA DE DIOS SE MANIFESTÓ EN ÉL Y
EN TODOS AQUELLOS POR LOS CUALES ÉL ORÓ A DIOS, PORQUE LO HIZO
CON FE, NO TEMIENDO NADA; Y LA FE ES LO QUE AGRADA A DIOS Y MUEVE
SU MANO PODEROSA.
DIOS LOS BENDIGA AMADA
IGLESIA; TEN FE Y DIOS RESPONDERÁ TODAS TUS PETICIONES TAMBIÉN.
CONFÍA, ¡NADA ES IMPOSIBLE PARA NUESTRO DIOS!.
Si quieres ser Hijo de Dios es necesario hacer la siguiente confesión de FE (Romanos 10:9)
“Señor Jesucristo te recibo como único Señor y Salvador de mi vida; perdona mis pecados y ayúdame a seguirte todos los días de mi vida junto con mi familia”.
Si ya lo hiciste, te bendecimos y bienvenido a la familia de Dios. Contáctanos y te diremos que hacer a continuación.
MINISTROS PASTORES YOZZIA WWW.JESUCRISTOESLAVIDA.COM.AR
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