domingo, 2 de junio de 2013

TEN FE, OBEDIENCIA Y PACIENCIA, DIOS TE QUIERE BENDECIR

Y los hijos de Judá vinieron a Josué en Gilgal; y Caleb, hijo de Jefone cenezeo, le dijo: Tú sabes lo que Jehová dijo a Moisés, varón de Dios, en Cades-barnea, tocante a mí y a ti. Yo era de edad de cuarenta años cuando Moisés siervo de Jehová me envió de Cades-barnea a reconocer la tierra; y yo le traje noticias como lo sentía en mi corazón. Y mis hermanos, los que habían subido conmigo, hicieron desfallecer el corazón del pueblo; pero yo cumplí siguiendo a Jehová mi Dios. Entonces Moisés juró diciendo: Ciertamente la tierra que holló tu pie será para ti, y para tus hijos en herencia perpetua, por cuanto cumpliste siguiendo a Jehová mi Dios. Ahora bien, Jehová me ha hecho vivir, como él dijo, estos cuarenta y cinco años, desde el tiempo que Jehová habló estas palabras a Moisés, cuando Israel andaba por el desierto; y ahora, he aquí, hoy soy de edad de ochenta y cinco años. Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió; cual era mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza para la guerra, y para salir y para entrar
JOSUÉ 14:6-11



Vamos a hablar un poco de Caleb, este varón de Dios fue uno de los doce espías que fueron a observar la tierra prometida. Mientras 10 de esos espías vinieron con noticias negativas, que desanimaron a todo el pueblo, pues decían que esas tierras eran habitadas por gigantes imposibles de vencer, Caleb y Josué fueron los únicos que miraron al enemigo como seres inferiores a ellos, sabiendo que el Dios que estaba con ellos era mayor que cualquier gigante; y dijeron al pueblo: sí son gigantes, pero los comeremos como a pan. Este corazón valiente y lleno de Fe y confianza agradó a Dios, tanto que de aquella generación dura e incrédula, solo estos dos valientes, Josué y Caleb, entraron finalmente a la tierra prometida.

Por haber cumplido Caleb, siguiendo a Dios, Moisés le prometió que iba a poseer la tierra que pisó. Y pasados los cuarenta años de la disciplina que fue dada a Israel, entraron a la tierra prometida. Cuando llegó el momento fue a Josué, quien fue el sucesor de Moisés, a reclamar lo que le pertenecía a él y a su descendencia por derecho y juramento.

A los 85 años de edad, este varón de Dios aseguraba tener la misma fuerza, que a sus 40 años de edad cuando vio aquella tierra por primera vez, y habiendo esperado con paciencia por 45 años había llegado la hora de poseer la tierra que se le había prometido.

Hermanos amados, analicemos esta historia y veamos que hizo Caleb para que las promesas de Dios se cumplan en su vida.

En primer lugar: Caleb y Josué no se miraron a si mismos, sino que vieron a Dios y lo vieron mas grande que a los gigantes; así mismo debemos hacer nosotros, comprender que cualquier problema u obstáculo que se interponga entre nosotros y lo que estamos esperando, es nada comparado con el Poder de nuestro Dios.

En segundo lugar: Caleb no dejó de seguir a Dios durante los 40 años que Israel caminó por el desierto, hasta que toda la generación rebelde pereció como Dios lo había determinado. Así tampoco nosotros debemos apartarnos de la obediencia a Dios mas allá de las circunstancias que nos rodeen.

En tercer lugar: Caleb obedeció a Josué, lucharon para conquistar la tierra prometida, y cuando llegó el momento oportuno reclamó a Josué la tierra que se le había prometido por boca de Moisés. Así también debemos pacientemente esperar el tiempo de Dios, luchar en oración y ayuno, recordándole al Señor sus promesas, sabiendo que como cumplió con Caleb, también cumplirá con nosotros si seguimos su ejemplo de FE, OBEDIENCIA y PACIENCIA.

Sin Fe, Obediencia y Paciencia no podremos ver cumplidas las promesas de Dios en nuestras vidas; pues las promesas de Dios se cumplen en aquellos que le creemos, obedecemos a sus mandamientos y esperamos con paciencia sin desmayar en la Fe. ¿Tú eres uno de estos? Seguro que sí.

Dios te bendiga.



Si quieres ser Hijo de Dios es necesario hacer la siguiente confesión de FE (Romanos 10:9)

“Señor Jesucristo te recibo como único Señor y Salvador de mi vida; perdona mis pecados y ayúdame a seguirte todos los días de mi vida junto con mi familia”.

Si ya lo hiciste, te bendecimos y bienvenido a la familia de Dios. Contáctanos y te diremos que hacer a continuación.



MINISTROS PASTORES YOZZIA

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